Los sherpas de internet han envejecido. La primera generación en relacionarse con las nuevas tecnologías, la que en muchos casos las creó, ha alcanzado la edad en la que surgen los riesgos de demencia. Y después de años de especulaciones e hipótesis sobre cómo este entorno digital afectaría a sus capacidades cognitivas, los primeros trabajos de campo pueden empezar a poner números a este fenómeno. Es lo que hace un metaanálisis publicado en Nature Human Behaviour, este lunes, basándose en 57 estudios previos publicados con una base de más de 400.000 adultos mayores de todo el mundo. Sus conclusiones son claras: el uso generalizado de tecnología puede estar asociado a menores tasas de deterioro cognitivo en adultos mayores de 50 años. La tecnología no solo no debilitaría la capacidad cognitiva, como sugieren algunos expertos, podría incluso protegerla.

“En general, vimos que los adultos mayores que utilizaban tecnologías cotidianas como teléfonos inteligentes, correo electrónico e internet mostraban menos problemas cognitivos”, explica en un intercambio de mensajes Jared F. Benge, neuropsicólogo de la Universidad de Texas y coautor del estudio. “Estos resultados se mantuvieron incluso después de ajustar los ingresos, la educación y otros factores que podrían explicar los efectos”.El estudio pone números a una realidad sobre la que se ha teorizado mucho en los últimos años, defendiendo sobre si el uso (y abuso) de la tecnología puede tener consecuencias en la forma en la que envejecemos. Pero, como alertaba el pasado viernes un artículo en la revista Science, la ciencia está mostrando fallas y problemas a la hora de demostrar si la tecnología es realmente perjudicial para la salud y el bienestar. Esta falta de conocimiento se llena con teorías, que pueden tener una argumentación científica, pero también una parte de ideología. La idea del presente estudio era dejar de teorizar, y mirar los primeros datos objetivos.

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